El estilo rústico es aquel que hace referencia a una forma de vida más rural. Se caracteriza por la presencia de elementos naturales o la imitación de estos, por medio de cierta combinación de materiales y colores.
Sin embargo, hay que seguir una planificación para no perder el carácter práctico del mobiliario ni adquirir elementos que sobrecarguen el espacio. ¿Cómo lograrlo? Siguiendo los consejos que ofrecemos a continuación.
Paredes y muebles rústicos
En el estilo rústico predominan materiales como la madera, la piedra y el mimbre. La forma de integrarlos a la decoración es muy variada: para una remodelación extrema con presupuestos más amplios, es posible optar por lavamanos, encimeras de cocina y paredes de madera o piedra, incluso existen estilos de cerámica que imitan el color y la textura de estos materiales.
En cambio, si el presupuesto es más acotado, se puede integrar la madera y la piedra por medio de muebles de mimbre o madera. En estos casos, la piedra se aporta a través de objetos decorativos fabricados en este material. De igual forma, existe la opción de pintar las paredes en colores como verde musgo, sepia o alguna variedad de terracota para dar al ambiente ese toque salvaje que se busca.
Elección de textiles
Los textiles, como los distintos tipos de cortinas y alfombras, son una manera de agregar texturas diferentes al hogar, sobre todo en aquellas decoraciones que no incluyen modificar las paredes o el suelo.
En dormitorios, salas de estar y cocinas, las persianas de madera o bambú son una buena manera de añadir un elemento rústico y de apariencia más natural, sin renunciar a la comodidad y a la posibilidad de regular la entrada de la luz.
Con respecto a las alfombras y tapetes, es recomendable elegir entre aquellos modelos más tupidos y gruesos en colores crudos, como crema, marrones, grises claros, terracotas y blanco. Sin importar el color, es preferible seleccionar modelos con texturas marcadas para acentuar la sensación de “rusticidad”.
Plantas verdes
Una decoración de estilo rústico no está completa sin toques de verde, ¿y qué mejor manera de añadirlos que por medio de plantas naturales? Es recomendable asesorarse en el vivero de la localidad sobre las más adecuadas para vivir al interior de la casa de acuerdo con el clima.
A pesar de esto, recomendamos especies como la costilla de Adán (Monstera deliciosa), la lengua de suegra (Dracaena trifasciata), cualquier variedad del género Ficus, los cactus y las suculentas. Estas son plantas conocidas por su bajo mantenimiento y su capacidad para sobrevivir en el interior.
Objetos decorativos
Los adornos son una buena manera de aportar ese toque rústico, sin necesidad de recargar ni emprender grandes remodelaciones en el hogar. Deben escogerse en los materiales mencionados, como piedra, madera y mimbre, y jugar con las posibilidades:
– Marcos de fotos fabricados en madera nudosa, incluso hechos en casa con lindas ramitas.
– Cestos de mimbre para guardar la ropa sucia y los juguetes de los niños.
– Figuras decorativas de piedra, sobre todo si poseen textura.
– Botellas reutilizadas para colorar flores naturales o de papel.
– Portavasos de madera sin curar.
¡Las posibilidades son infinitas! En aplicaciones como Pinterest se pueden encontrar muchas fotografías de inspiración, incluso instrucciones para elaborar los adornos en casa a gusto de la familia.
Cuidar la iluminación
La decoración rústica puede tener un contra: al seleccionar elementos en colores tierra y fabricados en materiales como la madera y la piedra, se corre el riesgo de diseñar ambientes poco iluminados. ¿Cómo contrarrestar esto? Por medio del equilibro.
No deben olvidarse las lámparas de lectura, además de los distintos modelos de cortinas y persianas que permitan la entrada de la luz, o añadir un espejo en la sala de estar. A través de su reflejo, los espejos son una herramienta excelente para aportar sensación de amplitud y reproducir los rayos lumínicos.
Jugar con los contrastes
Emprender el proyecto decorativo de los sueños puede ser muy entretenido, pero es necesario planificar con antelación y elegir los elementos de forma concienzuda. La decoración rústica es muy atractiva, pero se corre el riesgo de sobrecargar si se transforman todos los elementos del hogar de acuerdo con esta tendencia.
Para evitarlo, recomendamos añadir muebles, objetos decorativos o alfombras en tonos claros a aquellas habitaciones donde ya dominen colores más intensos, como los verdes y marrones; de igual forma, un espacio donde predominen los tonos claros y los blancos, puede adquirir una apariencia más rústica por medio de piezas decorativas de madera, un cambio de persianas y una alfombra más atrevida.
No se trata de transformar la vivienda en una cabaña, sino de tomar inspiración de este tipo de construcciones para añadir elementos más cálidos, hogareños y cercanos a la naturaleza. Con los consejos anteriores, una buena planificación y la búsqueda de inspiración en Internet, será muy sencillo darle al hogar ese toque rústico deseado, sin importar el presupuesto.
